Como para la Masonería Dios es el Gran Arquitecto del Universo, la vida material es una obra en construcción en la que participan todos los seres vivientes. Nosotros, los hombres, somos sus obreros que lo ayudamos a construir la misma. Pero resulta que con el trabajo constructivo que realizamos, evolucionamos y aprendemos a ser cada día mejores obreros. Como masones, de manera consciente, le ofrecemos a Dios nuestro trabajo, por humilde o modesto que sea, como una contribución a su Gran Obra. En este inmenso taller que es la vida, unos somos aprendices, otros compañeros y algunos maestros, y de acuerdo con esa clasificación está la naturaleza de nuestro trabajo. Como todo trabajo implica un salario, el nuestro será, ante todo, evolutivo. La paga que recibiremos por nuestra labor será el adelanto, el progreso, la abundancia, etc. El mundo ha de ser mejorado por el hombre y en esta labor de mejoramiento, los masones han de ser los primeros. Trabajar para Dios, mejorando su obra y ayudando al prójimo en todo lo necesario, ésta ha de ser nuestra principal labor como masones. El trabajo masónico a que aquí hacemos referencia, puede ser manual, intelectual, artístico, religioso, etc. En la Gran Obra de Dios son necesarios los obreros de todas clases. En esta época en la que se le reconoce al trabajo sus valores sociales, económicos, espirituales, culturales, etc., la Masonería hace énfasis especial en sus valores morales y religiosos. Esto constituye un altísimo mérito que nadie le podrá regatear a la Masonería. Recuérdese que en la antigüedad el trabajo era visto como cosa propia de hombres inferiores o esclavos, y téngase presente que en algunas de sus formas inferiores, era considerado como denigrante. Por eso resulta sorprendente el alto concepto que la Masonería tiene del mismo y, lo que es más extraño, que su héroe iniciático sea un hombre de trabajo, que alcanza su grandeza espiritual al preferir la muerte antes que traicionar los principios laborales que el mismo había establecido.- EI trabajo masónico de las logias es esencialmente un trabajo social y consiste en la labor que hace la Orden con la ayuda de las logias para resolver los problemas o satisfacer las necesidades sociales. Una de las razones de la existencia de la Masonería es el trabajo social. Por eso donde no hay trabajo social, no existe verdadera Masonería. Las logias o la Orden Masónica no pueden limitarse o realizar obras de caridad o de bien público, porque su misión va más allá de eso. Porque si la Masonería se dedica a tales cosas únicamente; se convierte, simple y llanamente, en una asociación de beneficencia, como tantas otras que existen en el mundo profano. Siendo la Masonería actual hija de la Filosofía de la ilustración, no podía pasar por alto el trabajo de la transformación social, que tanto tomó en cuenta dicha filosofía. En toda comunidad existen problemas de salud, de drogas, de transporte, de educación, etc., que deben ser estudiados o analizados por las logias, con el fin de aportar ayudas que pueden ser recursos materiales o ideas que contribuyen a la solución de éstos. O dicho de otro modo: de las logias deben salir soluciones, sugerencias, o ayudas materiales que sirvan para resolver los problemas sociales. Las logias son centros donde existen grupos de hombres entregados a trabajar por el bien común, o sea, por el mejoramiento social.
Masonería en el trabajo profano