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Durante el siglo XVIII fue en España muy exigua no existiendo de una manera orgánica. Sin embargo, está documentada la existencia de masones extranjeros en nuestro país, generalmente civiles y militares al servicio del rey de España, iniciados en el extranjero, pero al saber éstos que la masonería estaba prohibida en nuestro país muchos de ellos se abstuvieron de participar en asambleas masónicas.
Para comprender esta situación, nos remitimos a los datos del consejero de Estado y prefecto de la policía de París, que según su informe, de fecha 11.09.1824, en el que investiga los orígenes de las sociedades secretas en España, afirma categóricamente que la francmasonería data en España únicamente de la época de la guerra de la invasión francesa, siendo antes desconocida. Y esta testificación es confirmada por el propio masón Figueroa Ríos que, dice “después de la prohibición de la masonería por la Inquisición española en 1738 y por el decreto de Fernando VI en 1751, la degradación y la pena de muerte supuso un tremendo pánico para los masones, y la Institución desapareció de nuestra España, sin que se advirtieran vestigios suyos hasta la invasión francesa de 1808”. Por tanto, según el profesor José A. Ferrer Benimeli no hubo masonería en este siglo, al margen de algunas que otras reuniones esporádicas. Así que, hasta el siglo XIX no podemos hablar de una masonería instalada y organizada en suelo español.
La primera logia bonapartista, hispano-francesa denomina “La Double Alliance”, se funda en Cádiz en el año 1807, precisamente antes de la invasión francesa, bajo los auspicios del Gran Oriente de Francia. Y hay una referencia del Gran Oriente de Francia de la existencia de otra logia en Cádiz llamada “La Triple Armonía”, en el mismo periodo.
Hay constancia de una logia escocesa, la Desired Reunion, fundada por la Grand Lodge of Scotland el 3 de agosto de 1807 en Balboz, Andalucía, y otra logia inglesa llamada Logia de la Esperanza, fundada por la United Grand Lodge of England en el año 1815 en Cádiz.
La primera Gran Logia Nacional de España tuvo lugar en Madrid en el año 1809, en las propias bóvedas de la Inquisición, fue la instalación de un Gran Oriente Español, establecido por el gran duque de Berg, bajo los auspicios del rey José I, ex Gran Maestre del Gran Oriente de Francia.
A principios del año 1811 el marqués de Clermont-Tonnerre, como miembro del Supremo Consejo de Francia, formó en España cuerpos filosóficos que trabajaron hasta el grado 32 del rito escocés. Y el 4 de julio del año 1811, con patentes expedidas por el Supremo Consejo de Charleston, del que había sido fundador, el conde de Grasse-Tilly constituyó regularmente el Supremo Consejo de grado 33 para España y sus dependencias, que aún continúa vigente.
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Según los anuarios del Gran Oriente de Francia de los años 1813 y 1814, aparece una logia denominada “Los Amigos del Honor” en Sevilla hacia el año 1812.
Con el retorno de Fernando VII en el año 1814 la Inquisición se restableció en el reino de España y empeoro la acción contra la masonería. Publicando el inquisidor general, Francisco Xavier y Campillo, un edicto de prohibición y condena de la masonería, copia del cursado por el cardenal Consalvi, el 15 de agosto de 1814. Esta prohibición ya se contemplaba en las Bulas de los Pontífices Clemente XII y Benedicto XIV.
La confrontación entre la Iglesia católica y la masonería sucede en los pontificados de Pío IX y León XIII. Durante este periodo la Iglesia dominante se opone a la unificación italiana, lo que provoca una importante agitación social, avivado por las sociedades patrióticas y secretas, contra los Estados Pontificios, con lo cual en la primavera de 1848 Pío IX tuvo que huir a Nápoles y se proclama en Roma la república.
La primera condena contra las sociedades secretas es de Pío IX 1846-1878, con la encíclica “Qui pluribus”, de fecha 09.11.1846, acusando a la masonería de ser la responsable de haber perdido los Estados Pontificios. En el discurso “Multiplices inter”, del 25.09.1865, reprueba y condena a la sociedad masónica como a otras del mismo género. Y el 12.10.1869, lanza la célebre Constitución “Apostolicae sedis”, un año antes de la ocupación de Roma por las tropas de Garibaldi, con la excomunión “latae sententiae” para los miembros de la masonería, carbonería o sectas de la misma especie.
Este panorama desemboca, en 1870 con la marcha de las tropas francesas, que apoyaban al papa, hacia la guerra franco-prusiana, momento oportuno que aprovechan las tropas italianas para tomar la ciudad eterna, viéndose el papa obligado a recluirse en el Vaticano, y el gobierno italiano se instala definitivamente en el palacio papal del Quirinal de Roma.
Con el pontificado de León XIII, el Vaticano emite más de doscientos documentos condenando la masonería, carbonería y demás sociedades secretas. Con su encíclica “Humanum genus”, de fecha 20.04.1884, que recoge las condenas de Clemente XII, Benedicto XIV, Pío VII, León XII, Pío VIII, Gregorio XVI y Pío IX, así como de ciertos príncipes y Jefes de Gobierno como: Austria, Baviera, España, Holanda, Italia, Saboya, Suiza, etc., la cual es considerada la más extensa y directa contra la masonería identificándola con el naturalismo.
La Masonería regular en Andalucía está representada regionalmente por la Gran Logia Provincial de Andalucía. En la práctica, esto supone que la Gran Logia de España esta presente en todas las provincias andaluzas.
En algunas provincias existe más de una logia regularmente constituida. Esto, en cierta forma enriquece las posibilidades de formar parte de una u otra, no solamente por su ubicación geográfica si no también por los diferentes ritos que se realizan en cada una de ellas.
Para acceder a las páginas web locales de cada logia (si existe) hacer clic su el emblema.
Estos grupos quedaron reducidos en dos: el Gran Oriente de España y el Gran Oriente Nacional. Y finalmente el Gran Oriente de España consiguió la superioridad desplazando al otro y proclamando el 21 de julio de 1870 a Manuel Zorrilla, a la sazón presidente del gobierno español, como Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica de España. Investidura comunicada oficialmente al Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra con el objeto que fuera reconocida.
Las primeras logias que se constituyeron en Almería fueron durante la situación política de la revolución de 1868 y las libertades originadas de la Constitución de 1869. Las logias precursoras de la masonería almeriense fueron: la logia Amor y Ciencia nº 76, fundada en 1872, del Gran Oriente de España; y Unión y Justicia nº, supuestamente constituida en 1870, bajo el Gran Oriente Lusitano Unido y en 1881 pasa a pertenecer al Gran Oriente de España.
En el último período del siglo XIX están bajo la obediencia del Gran Oriente de España los siguientes talleres:
Logia amor y Ciencia nº 76, logia Unión y Ciencia nº 70, logia Hijos de Abdera nº 241, logia Salmeroniana nº 296, logia Luz de Overa nº 363, logia Almanzora nº 209, logia Esencia, Vida y Amor nº 343, logia Caridad y Abnegación nº 310, logia Antita IRRI nº 88, y los soberanos capítulos Pausanias nº 23, Rosa Cruz Lera nº 77 y Amor nº 8.
Y bajo la obediencia del Gran Oriente Nacional de España se encuentran:
Logia Constancia nº 77, logia Argentina nº 172, logia Luz de los Filabres nº 236, logia Perfección nº 168 y logia Protección nº 195.
Muchas logias, particularmente de Andalucía y Canarias se acogieron, en 1869, al Gran Capítulo Departamental de Madrid, bajo la jurisdicción del Gran Oriente Lusitano Unido, con sede en Lisboa.
En 1880 se constituyo en Sevilla la Gran Logia Simbólica Independiente Española, nutriéndose de las logias que antes pertenecían al Gran Oriente Lusitano Unido.
En el año 1882 se crea la Logia América nº 27 en Ubrique (Cádiz), perteneciente al Gran Oriente Español. Los miembros de la misma fueron muy heterogéneos y tuvo un carácter doctrinal y filosófico. La Logia interrumpió su actividad en 1923 con el advenimiento de la Dictadura del General de Primo de Rivera.
A semejanza de lo que ocurre en Inglaterra, Estados Unidos de América, y Alemania, sobre las grandes logias regionales autónomas allí creadas, en agosto de 1886 se constituye la federación de la Gran Logia Simbólica Catalana-Balear. Pocos años después, y emulando a la gran logia catalanabalear, se funda, en 1889, la Gran Logia Simbólica Galaica, con sede en Santiago de Compostela; en 1891, la Gran Logia Simbólica Provincial de Málaga, con sede en esta ciudad; en 1893, la Gran Logia Provincial de Murcia; en 1889, la Gran Logia Regional de Andalucía, con sede en Córdoba, etc.
En el año 1888 se fusionan los dos citados Grandes Orientes, creando el Gran Oriente Nacional de España, pero debido a las desavenencias para elegir al nuevo Gran Maestre, esta unión fugaz fracasa, y la mayoría de los miembros terminan por constituir, el 21 de mayo de este mismo año, el Gran Oriente Español, siendo elegido Gran Maestre Miguel Morayta y Sagrario.
Según el Archivo Histórico de Servicios Documentales sobre Masonería de Salamanca, solamente en Cádiz existen 112 logias, de las cuales únicamente 28 corresponden a la capital y el resto a la provincia. Y en Sevilla hay 58 logias, estando 42 en la capital y el resto en la Provincia.
En 1889 se funda la Gran Logia Simbólica Española del Rito antiguo y Primitivo Oriental de Memphis y Mizraim.
Este breve relato sobre la masonería española, no nos permite hacer una exposición más extensiva, que abarque de manera más concreta, el desarrollo de la masonería de cada una de las ocho Provincias de Andalucía. Por tanto, resaltaremos únicamente los datos más significativos en alguna de ellas.
Según el Acta del profesor José A. Ferrer Benimeli, III Symposium de Metodología Aplicada a la Historia de la Masonería Española, Córdoba, 15.20.1987. “Las Logias del Grande Oriente Español (1900-1936), desde su fundación, el 21 de mayo de 1889, hasta finales de siglo alcanzó un total de 248 logias, según su propio registro y listado oficial, si bien en la práctica fueron muchas más.
Por otro lado, de las 248 logias citadas, sabemos que al menos 107 estuvieron situadas en el exterior, la mayor parte en Cuba, Filipinas y Puerto Rico (89 logias), y el resto en Marruecos, Argentina, República Dominicana y Estados Unidos. En la metrópoli la zona de mayor influencia del Grande Oriente Español fue Andalucía con 45 logias, seguida de Cataluña con 26, País Valenciano con 19 y Madrid con 15.
La distribución geográfica del Grande Oriente Español en Andalucía entre 1900-1922 es el siguiente:
Presentamos al menos la existencia de las siguientes logias, según los anuarios de la Gran Logia Simbólica Regional del Mediodía perteneciente a la Obediencia del Gran Oriente Español:
Con la llegada de la dictadura del general Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, la masonería española se encontró de nuevo en una situación embarazosa, ya que no estuvo oficialmente reconocida pero si oficiosamente tolerada.
Durante el periodo de esta dictadura, la masonería tuvo gran influencia en el ejército español, especialmente en las acciones de Cuba y del norte de África. Las siete Grandes Logias Regionales asumieron el poder legislativo del Gran Oriente Español, dentro de los grados simbólicos del rito escocés. En 1926, en Alicante, se aprobaron en asamblea extraordinaria las bases del estatuto federal, reorganizando la Grandes Logias Regionales, a través de un Consejo Federal Simbólico en Sevilla. Esta reorganización geográfica quedó establecida en lo que corresponde al Mediodía así: Andalucía, Badajoz y Canarias.
La Gran Logia Unida, discordante de la Gan Logia Española, contaba con varias logias distribuidas entre: Alcazarquivir, Barcelona, Cádiz, Cartagena, Ibiza, La Línea, Larache (Protectorado español), Málaga y Valencia.La masonería en la segunda república alberga en su seno a personajes políticos del gobierno muy significativos. Y los militares constituyeron durante este periodo un nutrido número en las logias masónicas.
En la época republicana existen en Granada cinco Logias y un Triángulo, de las cuales cuatro están bajo la Obediencia del Gran Oriente Español y dos pertenecen a la Gran Logia de España.
Con la sublevación militar del 18 de julio del año 1936, emulando a los regimenes de Hitler y Mussolini, la masonería española es perseguida, demolida y asesinada. El primer Decreto contra la masonería emitido por el general Francisco Franco Bahamonde, fechado el 15 de septiembre de 1936, en Santa Cruz de Tenerife, declara a la masonería fuera de la ley, pena como crimen de rebelión el pago de cotizaciones a favor de ésta, confisca sus inmuebles y pertenencias, etc. En dicho año fueron fusilados en Andalucía un gran número de masones. Según los datos documentados del Archivo de Servicios Especiales de Salamanca solamente en el año 1936 fueron asesinados el siguiente número de Hermanos: de la logia Trafalgar, Algeciras, 24 masones; de la logia Resurrección de la Línea 9 masones; de la logia Fiat Lux de la Línea 3 masones; de la logia Hijos de la Viuda, de Ceuta 17 masones; de la logia Resurrección de la Línea, fueron asesinados 9, condenados a trabajos forzados 7 y otros 17 se refugiaron en Gibraltar(a un afiliado llamado José Clavijo le fusilaron dos hermanos y le destruyeron la vivienda); todos los de las logias de Cádiz que no pudieron escapar fueron asesinados; todos los de las logias de Granada, hasta un total de 54 masones, fueron fusilados entre ellos el ilustre oftalmólogo don Rafael Duarte, profesor de la Facultad de Medicina, y también su hijo médico. Igualmente fueron asesinados todos los masones de varias logias de Sevilla, entre ellos don Fermín Zayas, ilustre militar, miembro del Supremo Consejo, y su hijo. La lista sigue en otras Provincias de Almería, Melilla, Tetuán, etc. con un gran número de masones exterminados.
Hacemos especial mención sobre la tragedia ocurrida en Granada, según publicaba el periódico ABC, de Madrid, el 23.09.1936, bajo el titular “En Granada han sido fusilados todos los masones”, relatado por un masón evadido: “después de fusilar en masa a todos los masones, los facciosos se apoderaron de los ficheros de las dos logias masónicas que existían en la capital (supuestamente las logias Alonso Quijano, Alhambra) e hicieron aprehender a todos los masones en activo y durmientes. En camiones los trasladaron al pueblo de Viznar donde les obligaron a cavar sus propias sepulturas y seguidamente eran fusilados”.
En octubre de 1937 en Málaga fueron fusilados 80 políticos bajo la única pena de ser considerados masones.
El mero hecho de ser masón, durante el inicio de la guerra civil fue considerado como un delito de “lesa Patria”, así lo publicaba la prensa oficial del “Movimiento”. Por tanto, sin previo juicio miles de personas fueron ejecutadas.
Las depuraciones se orquestaron con la creación de un cuerpo especial, integrado por la Policía y Guardia Civil, que habiendo requisado los archivos y editoriales de varias logias, llevaron a cabo durante los años 1937, 1938 y 1939 la más brutal represión contra la masonería.
La sede donde fue recogido todo el material masónico: archivos, editoriales, bibliotecas, documentos, objetos y demás enseres, fue en el conocido Archivo Secreto Masónico Español, ubicado en Salamanca, organismo que dependió, en un primer momento, de la Secretaría particular del General Franco, después de la Presidencia del Gobierno y finalmente del Ministerio de Cultura. Desde hace años este archivo, que cuenta con una sección político-social y otra masónica, está abierto a investigadores, historiadores, periodistas y escritores.
El 9 de febrero del año 1939 se promulga la Ley de Responsabilidades Políticas considerando fuera de la ley a los partidos políticos y todas las logias masónicas. Y el 1º de marzo de 1940 se dicta la ley para la represión de la masonería, comunismo y demás sociedades clandestinas.
Sobre el Tribunal de Represión contra la Masonería se tiene constancia documentada que dictó miles de sentencia, no solamente contra los masones que se encontraban en España, como el caso significativo del Jefe del Ejercito del Aire, Manuel Presa Álamo, sino también a distinguidas personalidades que se encontraban en el extranjero exiliados, como por ejemplo: Martínez Barrio,Luis Jiménez de Asúa, Augusto Barcias, Santiago Casares Quiroga, Ángel Galarza, Álvaro de Albornoz, Julio Álvarez Vayo y otros masones.
Como dice el propio primo de Franco, el teniente general Franco Salgado-Araujo, en su libro “Mis conversaciones privadas con Franco”, pone de manifiesto que éste tenía una preocupación obsesiva contra la masonería, y siempre en sus discursos hablaba de la conspiración judeo-masónicacomunista. Llegando a publicar un libro con el título “Masonería” bajo el pseudónimo de Jacking Boor. La obsesión enfermiza llego a tal extremo que cuando el General Franco visitó el Real Monasterio de Santa María de Poblet (Tarragona), en el año 1952 con motivo de la restauración del monasterio, requirió al abad general de la Orden Cisterciense el traslado de la tumba del duque de Wharton enterrado desde 1731 en el atrio de la iglesia; nicho que, por cierto, no contenía los restos por haber sido profanado, junto a otros, por las tropas francesas cuando saquearon el monasterio. No obstante, unos años después la tumba fue colocada en la parte exterior de la nave que rodea el ábside de la abadía. Según las crónicas del monasterio, y como consta escrita en la lápida del duque de Wharton , éste murió en la fe de la Iglesia Católica. En el año1991 el Real Monasterio de Santa María de Poblet fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Según varios testimonios, entre ellos el del teniente coronel Joaquín Morlanes, dice de manera afirmativa que Francisco Franco, siendo éste teniente coronel, solicitó su ingreso en el año 1926 en la logia Lixus, de Larache (entonces Protectorado del Marruecos español), en la que había civiles y militares, y precisamente éstos últimos se opusieron. Y en plena República, en el año 1932, el mismo militar Morlanes hace el mismo testimonio diciendo que Franco, por segunda vez, solicitó su ingreso en la masonería en una logia de Madrid. Y fueron los militares los que también se opusieron a su ingreso, entre ellos su propio hermano, el comandante de aviación Ramón Franco, que fue iniciado en París en la logia Plus Ultra de habla española.
Respecto al exilio de la masonería española en el año 1938, muchos miembros del Gran Oriente Español y de la Gran Logia Española, así como el Supremo Consejo del Grado 33 para España, se exilaron a Francia, y con el comienzo de la segunda guerra mundial, tras la invasión de Francia por las tropas alemanas, los componentes de las citadas instituciones se vieron obligados, nuevamente, a exiliarse a México, Venezuela, Argentina y demás países hispanoamericanos. En México se constituyeron tres logias: Presidente Azaña, Presidente Cárdenas y Presiente Companys, dependiendo de la Gran Logia Mexicana, Valle de México.
Sobre el retorno de la masonería española a suelo patrio, cabe mencionar las declaraciones del Gran Maestre del Grande Oriente Español, Jaime Fernández Gil de Terradillos, efectuado el diez de enero del año 1976, donde se presenta oficial y públicamente apoyando al Estado constitucional monárquico como Estado de Derecho. Iniciándose las gestiones ante el Ministerio de la Gobernación para obtener la legalización de la masonería en España. Apoyo que obtuvieron del Consejo de Europa, de Estrasburgo. También, se hicieron gestiones con la jerarquía episcopal española manifestando un deseo de concordia y colaboración, después del Concilio Vaticano II y de la autorización del antiguo Santo Oficio de Roma para que los católicos pudieran ser masones, con lo que se abolía la prohibición y excomunión que durante tanto tiempo había condenado a la masonería. Igualmente reclamaron el patrimonio masónico requisado durante la dictadura, y que aún no ha sido devuelto. Se declararon disueltas las organizaciones masónicas en el exilio, comunicando la creación de un Grande Oriente Español y autonombrándose Gran Maestre Jaime Fernández Gil de Terradillos, Gran Maestre adjunto Antonio Villar Massó y Gran Orador Antonio García Borrajo.
La gran asamblea de maestros masones del Grande Oriente Español, en el exilio, no reconoció dichos nombramientos, procediendo al nombramiento de Francisco Espinar Lafuente como Gran Maestre y de José Torrente Duran como Gran Orador, creando en México una comisión liquidadora encargada de la repatriación del Grande Oriente Español, sus bienes, archivos, etc.
Como quiera que el nuevo Grande Oriente Español, reconocido e impulsado por México, no consiguiera del Ministerio del Interior el cambio de identidad de los peticionarios de la inscripción en el registro por la expulsión de los tres citados Hermanos autonombrados, por figurar como primer firmantes. Francisco Espinar, como Gran Maestre electo, optó por solicitar la inscripción de la Orden con el nombre de Grande Oriente Español Unido. La pretendida legalización del G.O.E.U. tuvo muchas dificultades administrativas, especialmente gestadas por el entonces ministro del Interior Martín Villa (“camisa vieja de la Falange”). Pero, gracias a la sentencia del Tribunal Supremo de fecha tres de julio de 1979, se conseguía en noviembre de ese año que el Ministerio del Interior lo legalizase.
Por tanto, a fecha del 21 de noviembre de 1979 estaban ya legalizadas dos Obediencias, el Grande Oriente Español y el Grande Oriente Español Unido, e inscritos en el Registro Nacional de Asociaciones Culturales sin fines lucrativos. Ambos se declaran herederos de la masonería tradicional española de continuidad directa del G.O.E. fundado en 1889.
Durante los años 1978 y 1979, tanto la masonería simbólica representada por el G.O.E.U., como la filosófica del Supremo Consejo grado 33 para España seguirían siendo reconocidas; reanudando así las relaciones con las demás Obediencias y Supremos Consejos extranjeros, comenzando por la Confederación Masónica Interamericana.
La Gran Logia de España (heredera de la masonería tradicional española de continuidad directa del G.O.E. fundado en 1889) quedó constituida legalmente por la Resolución Administrativa de su inscripción en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior (número 37.256) de fecha dieciséis de octubre del año 1980, como una Obediencia u Orden Masónica Regular sin ánimo de lucro y por tiempo indefinido.
El ámbito jurisdiccional de la Gran Logia de España abarca todo el territorio del Estado Español. Y ésta masónicamente nació a la Regularidad por los Decretos Números 656 y 657 de la Grande Lodge National Francaise, quién la consagró el día 6 de noviembre del año 1982, siendo su primer Gran Maestre Luis Salat Gusils. Tiene su principal domicilio social en la ciudad de Barcelona, en la Gran Vía de las Cortes Catalanas nº 617-Bajo, y puede constituir delegaciones y sedes en otros puntos del Estado Español.
La Gran Asamblea General Extraordinaria de la Gran Logia de España, reunida en los Valles de Madrid el día 31 de marzo de 2001, acordó por unanimidad que el histórico Gran Oriente Español (G.O.E.) quedara unido a la G.L.E. formando ambas instituciones una sola Obediencia, pero conservando cada una su personalidad jurídica. Por tanto, desde entonces todas las Logias del Grande Oriente Español abatieron sus columnas y sus miembros se integraron en Logias de la Gran Logia de España.
Autor: R.H. José Carrasco y Ferrando.
